martes, 6 de marzo de 2012






La danza de los Diablicos Sucios, es una de las nueve danzas del Corpus Christi. Su nombre obedece a que en antaño su vestido se confeccionaba con manta sucia, pintada con rayas rojas y negras, realizadas estas con achiote y carbón, que con el sudor producido por la danza se mezclaban con los colores, dando apariencia de suciedad.
Sus danzas se caracterizan por un nutrido zapateo, que se hace más sonoro por efecto de las cutarras
Las campanillas y castañuelas, también ponen su nota de compañerismo, lo mismo que las infladas vejigas, al golpear el antebrazo o los muslos del propio danzante. 
Es costumbre de los diablicos bailar en las salas de las diferentes   casas del pueblo, a donde llegan con un enorme séquito de chiquillos y gente grande, que se divierten, con los vejigazos que muchas veces reparten, con su particular jan que articulan con la boca cerrada y que rememora una voz de ultratumba.
Los bailes de esta danza son: El Paseo o Son del Diablico y  Toletón, que es la que se escucha cuando van por las calles. Además de la Mejorana y Cumbia que se puede bailar de forma individual, generalmente dentro de las casas o en presentaciones especiales.  La danza del diablico se acompaña con la Guitarra y/o bocona (instrumento de nuestra campiña interiorana).
Una costumbre de los Diablicos sucios, principalmente de la Villa de Los Santos y de La Arena; es hacer gala de sus bailes individuales haciendo un recorrido de casa en casa. En antaño los dueños de la casa les daban botellas de licor, las cuales eran guardadas en la chácara. Actualmente se les da dinero en efectivo como un aporte y reconocimiento a su contribución al folklore, por ello la chácara es más pequeña.




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